El fenómeno creció de manera abismal en cuarentena, aunque su aparición en el mercado no fue ayer. Confieso: al principio no le tenía fe, me parecía de «amateur», sin embargo la curiosidad y buscar qué más hay detrás de los formatos sonoros me hizo seguirle la pista desde hace varios años. Hoy el potencial que le veo es enorme, el nivel de profesionalización también se incrementó y lo considero una excelente oportunidad para la generación de contenido y posicionamiento de marca sin tantos intermediarios, sin pasar por el ritual de aprobación de un proyecto para salir al aire en algún medio.
Uno de los primeros podcast que me enganchó (cual serie de Netfix) fue «Señaladores». Ahí Nicolás Artusi y Eugenia Zicavo en el 2016 replicaban online (y a demanda) una experiencia renovada del clásico Club de Lectura. Esta vez la sagacidad de sus comentarios, y vinculación con el público a «distancia y destiempo» a través Facebook y Twitter, era interesante.
De ese proyecto celebro un logro no menor: hacer comunidad, de hecho hasta hicieron un encuentro a final de temporada con sus oyentes. Y a eso le sumo hacer atractivo un contenido que puede parecer bastante denso como —> hablar de libros. Tenían patrocinante ( una tienda de artículos de café porque Nicolás es un especialista en la bebida, además de lector), como era un club » ofrecemos beneficios a nuestros asociados y si metés el código TAL al comprar en su web, tenés un descuento de parte nuestra» decían en cada entrega, me parecía genial, todo cerraba. El primer podcast que me hizo creer en el POSDCAST.
(Aunque suene y sea hablado) Esto no es radio
Quienes venimos de la radio, tenemos un montón de data en la cabeza, filtros al escuchar un producto ( o al menos a mí me pasa) que si la duración, que tenga una cortina, que se escuche bien, que no haya ruidos, ahora vamos a música, que los tiempos de atención son de tantos minutos si no tu oyente se va a otra emisora y otros etc. El podcast, no ofrece eso y el reto es mayor.
Cuando la persona le da clic a tu contenido, sabe a qué va, es como cuando decides invitar a un amigo a tomarse a un café y si te seleccionó es porque te oirá de principio a fin ( al menos casi siempre). Generalmente duran «lo que tienen que durar», no hay fórmula, sólo una temática bien llevada con personas que conectan contigo mientras hablan.
Hoy, en tiempos de aislamiento, la comunidad está en la redes, la compañía está online y nuevamente escuchar se hace protagonista, esta vez sin filtro ( porque a la fecha se puede hablar y decir de todo), sin tanda comercial, sin música de por medio, con chance de maratonear un episodio tras otro si así lo deseas.
«El oyente es de hábito», frase aprendida, vivida e internalizada. Hoy como público, los hábitos cambiaron y los acomodamos a nuestros tiempos. Mientras que como generadores de contenido: ya no hay excusa para no comunicar, el poder dejó de estar en la grilla de programación y los intereses de un medio, en enviar un demo a ver sin con suerte te dan el OK para estar al aire.
Y tú ¿escuchas podcast? ¿sobre qué temas? ¿tienes alguno online?. Comentame y te leo, me gusta conocer nuevas propuestas.
¡Hasta un próximo clic!
Leomarys Ñañe